De las referencias más antiguas acerca de cubrir el cuerpo sabemos que se hizo con fibras naturales o pieles de animales con los que se intercambió energías primordiales en nuestra psique, la fusión del cuerpo con las plantas y los seres.
Al colocarnos prendas se satisfacen necesidades físicas como simbólicas, el vestir infunde energía conceptual en el contexto cultural de cada prenda. Desde la antigüedad se han creado artísticos atuendos que reflejan cosmovisiones, interpretaciones de color y uso de materiales para la comunicación social.
El vestirnos proviene de una artesanal forma de re-crear en el cuerpo al espíritu, en una serie de elementos acerca de la cultura en la que diseñamos a través del vestir un código de expresión singular.
En las calles se puede leer sobre las creencias y cosmovisiones a través del vestir, en sus divergencias, contradicciones. La masificación de atuendos y la pérdida de referencias provenientes de fuentes locales, originarias o regionales forman parte del efecto torbellino de la industria de marcas fast fashion que homogeniza el vestir y atenta contra la capacidad de expresión guiada por la identidad cultural.
Las elecciones al vestir como forma de expresión son políticas, se puede perpetuar estereotipos o bien alimentar la potencialidad disruptiva ante narrativas hegemónicas en un sistema que tiende a la estandarización y a la uniformidad con las llamadas tendencias.
¿Qué dicen acerca de lo que soy, mis elecciones al vestir y comprar ropa?
¿Qué tipos de transformaciones has experimentado a través del vestir a lo largo de tu vida?
Agradecemos cuando comentas tus sentires, tus reflexiones, críticas u aportes a este texto.
Gracias por leernos e intercambiar experiencias y visiones.